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Quien no escriba jamás una poesía
(ni para esa golondrina que, a suspiros,
detonaba quebonitos por el aula)
ignora que fortuna ha derrochado.
No intuir cómo te miran
(¿poemas?, sí, claro… angelito)
esparcir posos mentales,
beber fallos, aguantar
amigos intelectuales.
Sin dar a luz flores de almendro
ni cotizar contra difuntos exquisitos,
comerse sus laureles y exclamar:
-¡menuda mierda!, ¿este es famoso?
¿y cómo me dijiste que se llama?-
Llamar pan solo al pan y al vino, vino
Mas si de refilón siente al gusano
que regio parasita su plumaje,
piénselo bien, no sea avaricioso,
que ya es usted caudal afortunado.
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Justificando mis contradicciones
Cuando comencé este poema andaba un tanto resentida con la poesía en general y los certámenes en particular. Acababan de fallar, con retraso, sin explicaciones y de manera diferente a la indicada en las bases, un concurso en el que creía tener posibilidades. El problema no era tanto el no haber conseguido premio alguno (al fin y al cabo competía con muchos), sino el hecho de que el texto ganador me pareció tremendamente soso y manido, una ñoñería con palabras más o menos bonitas. Soy consciente de que tal vez no opino con justicia, puede deberse a una falta de calidad real o a pura e insana envidia de mujer despechada, no lo sé.
La cuestión es que decidí desahogarme con algo de humor y escribir un poemita paródico del asunto. Paralelamente busqué alguna imagen apropiada al tema y, durante mis inmersiones fotográficas, gracias a la originalidad etiquetadora reinante, encontré auténticas joyitas estéticas que le daban nuevos sentidos a lo que quería decir e hicieron replantearme la manera de abordar el texto.
Snapshots
Llevaba bastante tiempo pensando en como aplicar el poder de la imagen a un contexto con predominio de la escritura, pero aún no me había atrevido a intentarlo. Por falta de confianza en mis propias capacidades, escasez de tiempo, desgana creativa y, sobre todo, por mi profunda ignorancia respecto a las fuentes y herramientas con las que materializarlo.
Había visto ya varios blogs en los que todos los enlaces, imágenes y nombres propios abrían automáticamente una previsualización a su página de destino al pasar el ratón por encima. Primero me pareció fantástico, después algo engorroso y finalmente lo odié a muerte porque hacían imposible una lectura cómoda. Por lo visto los snapshots se habían convertido en una especie de moda o plaga (según a quien se pregunte) que, por su intrusismo, había generado bastante rechazo. Investigando un poco más comprobé que el servicio era configurable para que funcionara sólo con determinados enlaces elegidos por el usuario, así que lo adopté para mis fines y descarté todo lo demás.
Retroalimentación entre imagen y escritura
Mucho se ha hablado, en referencia al fenómeno blog e internet en general, sobre como el medio de expresión modifica, no sólo la forma resultante, sino el propio proceso creativo. Normalmente nos limitamos a escribir como toda la vida, en un papel, en el procesador de textos, o posteando directamente. Después viene buscar alguna foto curiosa, citas célebres, los enlaces pertinentes y los innecesarios, liarse a tortas con el html porque la cosa no queda como en la vista previa y poco más. Con la excepción de la instantaneidad (publicación inmediata, enlaces que dejan a un click lo que antes era una nota al pie...) en lo que a mí respecta, apenas noto diferencias con la letra impresa. Sin embargo, desde el momento en que usé imágenes, visibles sólo en la medida y orden que el lector quisiera y fusionadas con una palabra o idea concreta, la forma de escribir el poema fue, por fuerza, diferente. Ahora tenía otro concepto más con el que trabajar simultáneamente al texto y no mera ilustración de lo ya dicho.
Esto no siginifica necesariamente mejores resultados, ni siquiera mayor originalidad. Enlazar un verso con su homólogo visual es un acto de redundancia sin consecuencias estéticas notables, lo gracioso, moderno o colorido que esto sea no lo hace menos prescindible. Si ese es el único resultado obtenido, entonces esto no pasa de ser una mera frikadilla de protopoeta con delirios tecnológicos. En resumen: irrelevante
Me consta (le consta a google) que este blog tiene un muy reducido pero continuo flujo de visitantes y dos o tres sospechosos habituales, ¿cuál es vuestra opinión sobre las imágenes?: ¿resultan molestas? ¿realzan el poema o lo encubren? ¿son inapropiadas o impertinentes? ¿sabeis de otros autores en internet que ya hayan probado este sistema?. Obviamente también me gustaría saber que os parece el poema en su conjunto, dentro de su modesto objeto experimental.
Otra novedad del blog es la inclusión de un reproductor en el que se puede escuchar el poema perpetrado por su autora. He tardado en decidirme (no soy precisamente una artista de la recitación) pero, como siempre he sentido curiosidad por conocer la poesía a través de la voz de sus creadores, presupongo el mismo afán en los demás. Poco a poco subiré archivos de audio de todos los poemas y, si al final no son útiles para el lector, al menos habrán servido para crear mi itinerario sonoro particular.
3 comentarios:
creo que vas un paso por delante, y como veo que me gusta -he de decir que los snapshots no me emocionan, pero los has usado bien- a lo mejor te copio y todo.
y suena muy bien -eso me lo había dejado.
Actualización
Debido a problemas con mi monopolista sistema de alojamiento de archivos he tenido que cambiar el elegante reproductor mp3 dewplayer por otro bastante más feo (snapdrive va a pasar a mi lista negra). Cosas de los servicios gratuitos.
Msnice
Gracias por el comentario, aunque estoy segura de que no debo ser la primera que prueba con estas cosas. Encantada de que te copies.
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